Redefiniendo la literatura en Chillán: Hojalata ofrece Club Literario

El Centro Cultural Hojalata está redefiniendo el paisaje cultural de la ciudad de Chillán, ofreciendo a sus habitantes una plataforma de enriquecimiento intelectual con el Club Literario en modalidad online bajo la guía de la experta en la materia, Carla Olivares.

Olivares comentó cómo fue su despertar literario: «Desde que era niña, la literatura ha sido mi pasión», confesó la docente del Club Literario. Inspirada por las palabras de Huidobro en «Arte Poética», que sostiene que «el poeta es un pequeño dios», Olivares creció con la convicción de que la lectura y la escritura nos ofrecen puertas a mundos desconocidos, a realidades alternas. «Nos permiten viajar a lugares inalcanzables, sumergirnos en emociones que la vida diaria a menudo oculta y conectarnos con una amplia gama de seres sensibles», reflexiona. 

Con esta pasión, Carla busca compartir a través de la pedagogía un taller literario que aborda diversas temáticas, utilizando una amplia gama de recursos artísticos y estilísticos. «Me entusiasma aprender y creo firmemente que, a través de la literatura, podemos compartir espacios íntimos y sociales que suelen ser difíciles de abordar», señala. Para Olivares, el Club Literario es un espacio donde los y las participantes pueden leer, discutir, sentir y escribir libremente, alejados de los juicios restrictivos que a menudo caracterizan la educación formal. Su mayor motivación es abrir espacios de reflexión y resistencia a través del arte.

Por otra parte, para Jaime Bustos -participante del Club- este espacio ha sido una revelación y un respiro, convirtiéndose en un punto de encuentro para sus pensamientos. Además, destacó el talento y entusiasmo de la docente del Club : “Carla posee un vasto dominio sobre la literatura nacional y me fascina su enfoque hacia ejemplos regionales, especialmente del Biobío. Aunque mi interés primordial recae en la historia y la difusión científica, no puedo negar que sus propuestas literarias son cautivadoras y motivan a profundizar en el tema. El contar con la dirección de una doctoranda en literatura otorga un sello de prestigio que pocas instituciones pueden ostentar», declaró Bustos.

La estructura y gestión de Olivares han sido fundamentales. Su énfasis en la organización y dedicación subraya que sin estos pilares, el club no habría prosperado. Incluso frente a los retos de la pandemia y la inevitable migración a plataformas virtuales, el club ha mantenido una comunidad sólida y participativa.

Mirando hacia el futuro, hay un palpable optimismo de parte de la docente por regresar a las actividades presenciales, con el deseo tanto de Carla como de las y los escritores del taller de mostrar sus logros y consolidar su presencia en el panorama cultural de Ñuble.

En un contexto donde la cultura parecía estar adormecida, el Centro Cultural Hojalata emerge como testimonio de la vivacidad cultural de Chillán, augurando un futuro lleno de promesa y renovación.

A continuación, les presentamos la serie de textos creados en los Clubes Literarios del mes de Octubre y Noviembre por las personas participantes, ejercicio que se ha repetido en cada una de estas instancias, y que promueve la creatividad y expresión literaria.

“Surgió desde la penumbra. Una sombra que le enrostró terrores de tiempos pendientes; de ficciones por cumplir, de naturaleza inacabada, de potencial desperdiciado. Su corporalidad de humo denso se reestructuró en sí misma varias veces como un fractal oscuro, al acercarse a ritmo fijo y viciado.

Esa noche bajo estrellas móviles, junto a una fogata quieta, y guiado por el rugir de un río que era eslabón y leviatán, vio integrarse aquella sombra a la suya propia y …”

FRANCISCO ANDRÉS

«Pepito el viajero del tiempo, se dispuso a usar su extraña máquina con la idea de conocer lo que habrá más adelante… luego de un flashazo sólo desapareció y nunca más lo vimos.

¿Será que Pepito se fue a un lugar mejor y por eso no quiere volver o sólo es que antes que pasen las cosas no se puede existir?”

JAIME BUSTOS

«En una antigua granja se encontraba el desollador quien trabajaba para un cruel degollador.

Los animales vivían de plena libertad, hasta una edad, la edad de madurez. Pavos, cerdos, caballos, potros y mulas cantaban sin cesar siempre en ronda, nunca en sintonía, pero se notaba su felicidad en cada una de sus caritas. Llegada una edad todos tenían que ir al lugar de antaño. Allí pasaban sus padres, sus abuelos e incluso primos.

El señor Bean, era el hombre más terrorífico, pero no más que el señor director, Ralph el degollador, por lo cual un día, Daisy una mula muy calmada y risueña, hasta incluso soñadora, dispuso a dar su opinión. La pequeña habló de lo que le inculcó sus padres, sus sueños, esperanzas para una sociedad uniforme, política, economía e incluso sociedad. Ella era sensible, más que los demás por lo cual se le tenía mucho cuidado. Aquella vez, la pequeña habló de esto con Bean. Él, sin cuidados, la reprendió diciéndole, “eres pequeña, no sabes de estas cosas”, hasta que el director escuchó. Él automáticamente con una cara de enojo infernal, como su personalidad, la mandó a degollar y más tarde a desollar, escondieron su cuerpo en un baúl.

Como ella era tímida nadie la volvió a ver jamás. Sus compañeros eran los mismos después de eso, molestaba a inocentes, hacían bullying, golpean e incluso murmuraban, hasta que encontraron el cuerpo de la adolescente. Ya casi madura, Daisy. El director dijo cuando los vio, “sus sueños y esperanzas no van a ser los mismos si siguen como esta pordiosera, que murió por manos del azar”, según el mismo. Ya maduros los animales fueron serios, aburridos y trabajadores, pues nunca más olvidarán el cuerpo despellejado de su compañera.”

CÉLINE DAZA

«Máquina del tiempo

Detuvo la marcha violentamente. Pensé que iba a estallar, estaba roja, tensa, todos habían escuchado y se preguntaban qué iba a hacer. La señora del primer asiento, boquiabierta. No sabía. La voz me iba a temblar si le respondía, sentía esa lágrima en la garganta de cuando estás enojada, discutiendo, y te dijeron lo peor, te criticaron, corrigieron la forma en que pronunciaste una palabra, te dieron menos vuelto del que correspondía, te exigieron el asiento solo por ser escolar o cuando te lo cedieron pensando que estabas embarazada. El temblor del cuerpo recordando la humillación, la vergüenza, el público, la soledad. Me paré del suelo y de la garganta brotó “Dame el número de tu patente, te voy a denunciar”.

VALERIA LÓPEZ

«- Desearía ser millonario y así poder conseguir lo que quiera.

Se quejaba mi compañero mientras se estiraba.

– ¿y de qué le serviría a un gato ser millonario?

-No lo sé, así podrías quedarte siempre en casa y acariciar mi espalda mientras duermes.

– En ese caso, será mejor que vengas conmigo…

Mientras decía eso me levanté del suelo roñoso del lugar. Mi gato solo me miraba, hasta que le hice un gesto para que me siguiera, lo cual hizo. Salimos ambos a las calles a buscar comida.”

ANA FUENTES

«Me siento tan lleno de paz cuando estoy en frente de esta fuente. Lo único que falta es que aparezca algo sobrenatural: que me asombre, que me conmueva y que me ayude a escapar de esta monotonía. Ahh!! Se siente tan bien estar aquí. Que sensación tan mágica, tan extraordinaria y embriagante que sería capaz de vender mi alma por estar aquí el resto de mi vida. ¿Habrá un portal en el fondo de esa fuente? Ojalá lo hubiera y así poder escapar de esta realidad que me atormenta, me devora y que me aplasta como si fuera un insecto.”

@gre.coarte

«Nunca fuimos a ese lugar y aun así cuando lo visité por primera vez, te recordé.Era la luz, era el sonido, era el movimiento del agua. Todo eso y en especial nada de eso me hizo recordarte. Nunca pensamos en irnos. Siempre tan cómodos entre los besos y los abrazos que jamás hubiéramos visitado ese lugar. Y de nuevo, aunque no estuviste nunca conmigo allí, te pensé.Sentados, compartiendo anécdotas, compartiendo risas. Compartiendo el tiempo. Incluso aunque no lo hicimos estando juntos. Esa fuente era solo agua, pero en su reflejo vi una vida que nunca tuve. Contigo. No. Sin ti.”

Carolina Arratia

«Seguimos con una pausa / momento de transición”

Orión

«Un parque de cualquier ciudad servía de lugar de encuentro para que las libertarias se encontraran e intercambiarán información. nadie imaginaba que las jóvenes leyendo libros y cortando flores a un costado de la fuente, formaban parte de una célula anarquista…”

Claudia

«En esos lugares se entremezclan las creencias.”

Pedro

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